11. Histérico  

Publicado por Oliver Luk


En un primer momento me sentí como en el final de temporada de una serie que habla de un grupo multitudinario de amigos. Parecía ser que el fin de año había revolucionado a todos por igual y se encontraban en grandes arranques de histeria, o a puntos de cambiar sus vidas o con antojos de subirse a un avión y volar a una isla desierta con un monstruo dando vueltas alrededor.

El primer día de la semana me desayuné la noticia de la muerte de Brittany Murphy, la cual me causó una rara sensación debido a que si bien no era fanático de la actriz, sí me gustaba mucho. Mandé un mensaje, aprovechando una promoción, a todos mis amigos anunciándoles esa bomba.

Recibí, para mi sorpresa, una llamada de Pablo.

- ¿Cómo estás? Quería llamarte porque hace mucho no sé de ti - me dijo, con un dejo de melancolía. - No me preguntes cómo estoy yo porque mañana rindo la materia final de mi carrera y eso me está poniendo con un cargo de emociones distintas que no sé para dónde salir corriendo.

Lo cierto es que este año Pablo vivió un desenfreno catastrófico con respecto a su trabajo. Había empezado ya a ejercer, si bien le faltaba todavía la residencia, pero estaba como enfermero en tres clínicas distintas. Dos trabajos de los cuales los hacía al mismo tiempo, y eso ursurpó todo empeño en su vida social, por lo que no me sorprendió su llamada ante mi primera muestra de demostrarle que para mí aún seguía existiendo.

- Mañana se decide todo, ¿eh? - pregunté.

- Así es - respondió. - Eso me tiene enloquecido, porque a cada instante me doy cuenta que hay un detalle que se me escapa. O de repente encuentro con algo que no tengo bien sabido.

- Pero relájate - intenté serenarlo. - A lo sumo, ¿qué puede pasar? Si las cosas salen mal ahora, en febrero tienes otra oportunidad.

- Lo que pasa es que yo saliendo bien, se me abren muchas puertas - reconoció.

- Entiendo el punto - dije. - Pero de todos modos no sirve que estés en este estado. Cóntrolate o los nervios te pueden jugar una mala pasada. Eres perfecto en lo que haces, y estoy seguro de que todos confiamos en que saldrás bien. Tus amigos te apoyan, Pablo. Nadie duda de ti.

No sabía si aquello era cierto o no, pero de todos modos Pablo necesitaba algunas palabras tranquilizantes. Yo considero que se las di.

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