29. Situaciones Campestres  

Publicado por Oliver Luk


Nos encontrábamos en el cumpleaños de un año del hijo de Vanesa. Erica, quien hace menos de dos semanas festejó también el cumpleaños de su hijo, y Eugenia, la ex novia de Tobías, se encontraban dando vuelta por ahí. Fue un momento desesperante el querer sacarle fotos a Vanesa y a Erica para la gigantografía sin que Eugenia sospeche que ella no aparecería, por obvias razones. De todos modos, una vez que Lucas y yo tuvimos un momento a solas, mientras íbamos a reunirnos con los restos del grupo, quise contarle mi molesta observación acerca de esa tarde de sábado.

- Estaba hablando con él... - comenté. - Contándole todo. Superando el drama del culebrón que vivimos la semana pasada a causa de su llamada... - una profunda tristeza invadió mi tono de voz, y se hizo notar. - Y de repento, el mundo fue un lugar perfecto.

Pese a que la frase podría considerarse entusiasta y positivista, en realidad la decía con todo el pesar de la tierra.

- ¿Cuál es el problema? - preguntó Lucas.

- Que el mundo no puede ser mejor sólo porque Tobías y yo hablamos - comenté. - Pensé que había superado esta etapa. No puedo volver a caer de nuevo en esta agonía... por tercera vez.

- Podemos sacar muchas hipótesis acerca de tu sobrevaloración - reformuló Lucas. - Pero es entendible que intentes alejarte de Tobías, por el miedo que te da dejarle a su merced semejante poder.

- Lo sé, y es lo que me molesta - respondí. - En los tres días que no hablamos, sentí que la vida no tenía sentido, y sentir eso está mal. No porque Tobías no se lo merezca. Dios sabe que es una de las mejores personas que hay en el mundo, pero me refiero por mí. Yo no me siento cómo sintiéndome así ante alguien.

- Es lógico - respondió. - Pero también es cierto que ustedes tienen mucha química. Quizá lo que más te molesta de la charla con Tobías, es que consiguió que te sientas nuevamente en tu cuarto de paredes verdes. Esa cosa de pasar mucho tiempo juntos y no sufrir el desgaste de lo cotidiano. Es como Iván y yo.

Si no hubiera sido porque Lucas era el que me hablaba sobre el tema, me hubiera sentido increíblemente ofendido que alguien en el mundo pensara que teniamos el mismo nivel intelectual que Iván y Lucas. Una cosa son Holmes y Watson, y otra Ren y Stimpy.

- Por eso... - dije. - No sé por qué tanto drama. Por qué me dolió tanto lo que sucedió si sé que no fue tan grave.

- Yo considero que tu malestar se debía a tu miedo gigantezco de perder a Tobías - sentensió.

Y nuevamente, por segunda vez en la semana, una bomba cayó sobre mi cabeza. No pude verla venir, e inexplicablemente rompí a llorar.

Justo en el momento exacto en donde Lucas estacionaba su auto para reunirnos con los demás.

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