41. El Trauma  

Publicado por Oliver Luk


En esta vida no era suficiente con el hecho de que hayamos sometido a Tobías a una mentira que nosotros mismos le creamos. No era suficiente que Ana se convierta en Summer, en todo su potencial. No era suficiente que yo me sintiera como las canciones de amor sufrido de Amaia Montero. No, por supuesto, había que sacarse el sombrero y despertar a los nuevos conflictos.

Marcelo decidió hablar conmigo como si acabara de asesinar a alguien.

- ¿Qué tanto sabes sobre mi vida emocional? - me preguntó. - No me refiero a pareja, sino a yo como un ser humano con emociones.

- Es prácticamente nulo - respondí. - No es que seas un ser humano que salga del margen de lo neutro, salvo por tu desquicio este último mes.

- ¿Y a qué crees que se debe esto?

Realmente me pareció encantador que me pregunte mis observaciones. Cosas ridículas que no pensaba consultarlas, ahora parecían tener bastante importancia.

- Tu grado de locura provino de dos motivos - recordé. - El primero fue el inicio de la relación entre Tobías y Ana, y el segundo fue la llegada de Belén.

Marcelo me miró con la boca abierta como si acabara de decirle la verdad más escondida por sus ancestros.

- Nunca tuve presente el tema de Tobías, pero ahora que lo mencionas... - se autoanalizó. - Como sea, la cuestión es que Belén acaba de insultarme. Se enojó por todo lo que me está pasando y porque la estoy tratando mal a ella. Y... entonces me di cuenta... Yo a ella...

Y, de repente, la actitud de Marcelo se justificaba a la perfección. Si bien su método era bastante digno de la prehistoria, donde los hombres agarraban un palo para conquistar a sus mujeres, imaginé que lidiar con todas esas clases de emociones tampoco debería de haber sido un evento maravilloso para su persona.

- Ahora no sé qué hacer - me dijo, desesperado. - Estoy en una situación horrible.

- Pero... ¿tú quieres decírselo?

- Es que se lo debo - me respondió. - No puedo mentirle. ¿Cómo haces para vivir de una mentira?

Estuve a punto de decirle que si bien deja un trauma psicológico importante, no es tan complicado. Pero preferí que mi historia personal no interfiera en esto.

- Es que si lo dices, vas a arruinar lo que tienen - aconsejé. - No digo que no sea noble tu actitud, pero piensa en el transfondo de esto. Piensa en cómo ella se va a sentir traicionada por ti. De cómo vas a limitar la amistad donde ella no va a poder venir a depositarte la misma confianza de siempre. Piensa en que luego te vas a cargar de subjetividad ante ella, y ante la menor idiotez vas a creer que es un complot en tu contra.

No sabía si le estaba dando motivos para que no dijera nada, o si estaba recordando los motivos por los que yo no lo dije.

- No actúes por impulso cuando recién acaba de explotarte una bomba a ti - le recordé. - Tómatelo con calma. Si después de que lo medites bien, aún quieres decírselo, entonces me parecerá bien. Pero en este momento estás invidadido de un terror maravilloso y estás caminando a ciegas.

Marcelo prometió escucharme, en medio de su alterado ciclo de shock.

Al otro día, el muy infeliz, habló con Belén y le contó toda la verdad.

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