52. Histérico  

Publicado por Oliver Luk


Al día siguiente, la situación no mejoró.

Estaba a punto de cambiarme de trabajo a partir de Febrero, por lo cual en un momento razonable me pareció conveniente tomarme todo Enero para disfrutar la del ambiente, algo inestable, pero de mis amigos en sí.

Pero como mi Jefe se tomó esa noticia como si lo hubieran apuñalado, supe que era necesario que me quede un tiempo más para explicarle todo lo que pasaba a Ramiro, mi compañero, y que él sea mi sucesor en esa oficina.

Llegó un momento en donde Ramiro, afortunadamente, entendía a la perfección mis funciones, que yo me encontraba completamente dibujado y sin el menor sentido de que mi persona continuara levantándose a las 5 de la mañana para ir a trabajar.

Claro que el decirle a mi jefe que me dejara marchar fue una tarea complicada.

- Antes que nada, quiero tomarme el día de mañana - le comenté.

Es que más allá de que mi idea de renunciar antes de lo previsto iba a causarle estragos en su personalidad, también quería asegurarme de que podía pasar mi noche de amigos con Tobías.

- Yo pensaba tomarme todo Enero - comenté. - Pero como las cosas acá habían que arreglarse, y por una cuestión de lealtad laboral, me quedé. Ahora que Ramiro maneja mejor las cosas, yo considero que mi tiempo aquí ya es una etapa cumplida.

- Pero... dejarías de cobrar todo el mes de Enero - empezó a psicopatearme.

- No es por un tema de plata - comenté. - Es un puro capricho vacacional. Antes de entrar al otro trabajo, prefiero tomarme un par de días.

- Pero ¿no te quedan más días de licencia?

- No - respondí.

- ¿Nada de nada? - insistió. - ¿Ni horas compensatorias ni nada de eso?

- No - respondí. - Me tomé todo eso.

- Entonces te pediré que aguantes hasta que venga el otro Supervisor - insistió. - Así tú lo pones al día y pueden estar más coordinados.

- Es que de todos modos eso es algo que pensaba hacer - respondí. - No era una cuestión de irme hoy y decir "chau".

Todo parecía que habíamos llegado a un lindo acuerdo, pero entonces...

- ¿O por qué mejor no te tomas los últimos tres días? - preguntó, ignorando totalmente cuál era mi motivo de entrevista. - Así nosotros no tenemos que descontarte tres días de sueldo, y es todo un desastre para procesar.

Estuve a punto de responder que no era mi problema, pero me mantuve con la boca cerrada.

Realmente me encontraba siendo un inútil en ese lugar.

Quedé tan enojado, que si Tobías llegaba a cancelarme esa noche, iba a romperle los dientes.

This entry was posted on 21:18 and is filed under .