55. Las Paredes Verdes  

Publicado por Oliver Luk


Tobías, en la vida real, no reaccionó como esperaba.

De hecho, no reaccionó.

No supe interpretar al instante si eso fue bueno o fue malo.

Tenía un par de cosas más para decir, pero preferí no saturarlo tanto con información. Después de todo, ya habría tiempo para ver como se desarrollaban las cosas.

- Lo importante es que esa idea haya quedado superada - me respondió.

- Si no estuviera superada, no tendría el valor de decírtelo - dije. - ¿De qué servía que yo viniera con un problema que sabemos que no tiene solución? Aparte, creo que me conoces y sabes que jamás te mentí con respecto a mi amistad por ti. No es que te abrazaba y sufría una erección, o que me acercaba a ti para apreciar tu perfume.

Se río por lo bajo por mi comentario, pero realmente necesitaba que entendiera mi postura. Algo compleja, es cierto, porque no es una historia razonable. Escapaba de toda competencia.

- Este es mi último escudo - respondí. - Este soy yo realmente, y te considero tan buen amigo como para que lo entiendas y lo aceptes.

La noche prosiguió en debate con otros temas, acerca de cómo Jessica recibió un vaso de cerveza por su rostro, además de cómo Iván le contó a Guillermina que Pablo estaba con otra mujer, sabiendo que ella es amiga de su ex Paola, y sobre cómo felizmente avanzaba la relación entre Javier y Belén, provocando que Marcelo ya no se encuentre feliz.

Efectivamente, más en el transcurso de la noche, Javier y Belén llegaron a casa para contar que la noche en la casa de Cristian terminó con todo el mundo echándose cerveza encima y con Emilio totalmente triste por una discusión que tuvo con Jessica. Al parecer, también hubo un altercado donde Luis le dice a Emilio que no hay que llorar por nadie, y Emilio le contesta de mal modo.

Hay que destacar que Luis tiene una percepción del mundo totalmente paralela a la de todo el resto, donde realmente el cristiano dice cosas pensando que no son tan importantes para nadie.

Al final de la noche, cuando lo llevaba a su casa en el auto, fuimos debatiendo de cosas y hasta planes a futuro como si nada malo hubiera pasado.

- ¿Estamos bien? - pregunté, inocente.

- Estamos bien - respondió. - No te preocupes.

Y fui a mi casa, dando por concluida una historia de año y medio. Sabiendo que vendrían nuevos conflictos a futuro, pero que al menos ya no chocaría tanto la idealización con la realidad.

Y al llegar a mi habitación, me di cuenta que las paredes... de alguna forma débil pero cobrando sentido, volvían a ser verdes finalmente.

This entry was posted on 21:20 and is filed under .